27 de mayo de 2013

Silvio Rodriguez - Ojalá



Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal
ojalá que la lluvia deje de ser el milagro que baja por tu cuerpo
ojalá que la luna pueda salir sin ti
ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabe la mirada constante
la palara precisa, la sonrisa perfecta
ojalá pase algo que te borre de pronto
una luz cegadora, un disparo de nieve
ojalá por lo menos que me lleve la muerte
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones

Ojalá que la aurora no de gritos que caigan en mi espalda
ojalá que tu nombre se le olvide esa voz
ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado
ojalá que el deseo se valla tras de ti
a tu viejo gobierno de difuntos y flores

Ojalá se te acabe la mirada constante
la palara precisa, la sonrisa perfecta
ojalá pase algo que te borre de pronto
una luz cegadora, un disparo de nieve
ojalá por lo menos que me lleve la muerte
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones...


 «Ojalá yo la compuse a una mujer que fué, podríamos decir, mi primer amor. Fue un amor que tuve cuando estuve en el ejército, haciendo mi servicio militar. La conocí cuando tenía 18 años, fue mi primer amor importante en el sentido de que fue el primer amor que me enseñó cosas. Era una muchacha mucho más evolucionada que yo, mucho más inteligente, más culta. Me enseñó, por ejemplo, a César Vallejo. Después nos tuvimos que separar, estaba estudiando medicina y en fin, no le cuadró. No sé por qué estudió medicina, cosa loca de ella, en realidad siempre fue de letras. Después estudió letras, se fue a su pueblo Camagüey, a estudiar eso y yo me quedé solo aquí en la La Habana, totalmente desolado. Pasaron los años y el recuerdo de aquel amor tan bonito, tan productivo, tan útil (ojo, no confundir con utilitario), enriquecedor, de aporte a uno... pues, estaba obsesionado yo con esa idea. Y porque fue un amor frustrado, tronchado por las circunstancias, por la vida, no fue una cosa que se agotara, pues se me quedó un poco como un fantasma y por eso compuse esta canción en un momento quizás de delirio, de arrebato, de sentimiento un poco desmesurado: ojalá esto, ojalá lo otro...»
                                                                                                                                    Silvio Rodriguez.

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